En días ciertamente turbulentos, de finales de octubre de 2017, marchamos a cumplir con nuestra misión en tierras catalanas. Uno escuchaba la radio e imaginaba horas de futuro incierto. Pero el día de la unión de Agnieszka y Pau, que despertó algo frío y neblinoso, fue tornándose en jornada luminosa, a juego con la ilusión y alegría de la pareja. Dos novios muy compenetrados, a pesar de la aparente diferencia entre dos culturas. Unos asistentes, la mitad de ellos procedentes de Polonia, que participaron en todo momento en la celebración como si la barrera del idioma no existiera. La afición común entre Agnieszka y Pau es el baile, en concreto el Swing, del que dieron buena muestra en la sesión de fotos y en el baile nupcial. En fin, en el día de su autodeterminación, esta encantadora pareja comenzó su andadura en su nueva república independiente… la de su hogar.
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